
Poco antes de las elecciones de 1992, Bush era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos, fundamentalmente por sus éxitos en política exterior; su popularidad entonces había llegado a un récord histórico de un 90% de aceptación.
En esas circunstancias, James Carville - estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, señaló que éste debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas.
Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos:
Cambio vs. más de lo mismo.
La economía, estúpido.
No olvidar el sistema de salud.
En Chile hoy, estamos viviendo una serie de reformas que han copado nuestra atención y muchas conversaciones en directorios, comités, así como en àreas que sufren dramáticos cambios al tenor de algunas de estas reformas en desarrollo: Finanzas con la Reforma Tributaria, y Recursos Humanos con los cambios aún no resueltos en la Reforma Laboral.
Al ya complicado panorama que enfrentan las gerencias de Personas - en especial desde la profunda transformación generacional de sus dotaciones y nuevas demandas, se les agrega un contexto local y global, que sin duda alguna, modificará las reglas del juego a las cuales ya estábamos acostumbrados.
Sin embargo, esto no se puede traducir en el desconocer la realidad cotidiana de sus colectivos; en especial, respecto de un asunto que comienza a deteriorar la productividad de sus empleados: "su gasto de bolsillo".
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