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Por qué los robots mejorarán los procesos de fabricación

Actualizado: 22 ene 2020


Existe una opinión ampliamente compartida acerca de lo que está viviendo la fábrica. Algo así como: Muévanse seres humanos, ya no les necesitamos. Los robots los reemplazarán….

Pero esto no es cierto; este no es el futuro de la manufactura.

La gente ha temido la marcha de las máquinas durante siglos. Sin embargo, durante el mismo tiempo, las máquinas han cambiado el trabajo; no lo han reemplazado. Y la cuarta revolución industrial emergente, incluso con sus líneas de ensamblaje automatizadas digitales, no es una excepción a esta tendencia. A medida que esta nueva forma de hacer negocios se convierta en una realidad, los seres humanos y las máquinas desempeñarán un papel crítico en el éxito de la manufactura.

Aquí hay un par de razones por qué.

En primer lugar, es cierto que la fabricación digital elimina al intermediario; cada vez más tareas rutinarias y repetitivas de montaje serán asumidas por las máquinas. Pero a medida que ciertos trabajos desaparecen, otros nuevos se abren en otras partes de la fábrica. Alemania, de muchas maneras, ejemplifica esta tendencia; hoy en día, los fabricantes alemanes despliegan tres veces más robots que las compañías estadounidenses, pero también emplean más humanos. En relación con el tamaño de nuestras economías, la mano de obra de fabricación alemana es el doble del tamaño de Estados Unidos.

En segundo lugar, desde el principio, la cuarta revolución industrial nunca ha presentado a los fabricantes eligiendo entre robots o humanos; más bien, siempre ha sido acerca de la combinación de las capacidades de ambos. En última instancia, es la convergencia de la inteligencia artificial y humana la que permitirá a los fabricantes alcanzar una nueva era de velocidad, flexibilidad, eficiencia y conectividad en el siglo XXI. Las máquinas tienen la capacidad de ensamblar las cosas más rápido que lo que cualquier ser humano jamás podría, pero los seres humanos poseen la analítica, dominio, y los valiosos conocimientos necesarios para resolver problemas y optimizar la producción.

Esto es precisamente lo que ahora vemos en la planta de Siemens Amberg Electronics en Alemania. En los últimos 25 años, Amberg ha evolucionado hasta convertirse en una planta totalmente digital, con la automatización creciendo a pasos agigantados. Pero lo que ha cambiado más durante este tiempo no es el número de empleados; si no, la productividad. La misma dotación - alrededor de 1.200 trabajadores que han sido entrenados y preparados para la fabricación digital - aumentando la productividad en más del 1.000%. Por ahora, Amberg es una especie de excepción. Pero no será por mucho tiempo.

Donde estamos ahora es sólo el comienzo. La