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Ganar-Ganar.



Como hemos sostenido las últimas semanas, los problemas económicos atañen a prácticamente la mitad de la sociedad y, consecuentemente, a la mayoría de los trabajadores de las empresas, siendo un mal que se torna muchas veces insalvable. En ese contexto, se convierte en una oportunidad para las empresas entregar un beneficio de alto valor, considerando que este tipo de problemas muchas veces se cree sin solución de no contar con apoyo.


En consecuencia, esta temática nos gustaría enfocarla desde tres puntos de vista:


1. La calidad de vida de sus trabajadores.

2. Las consecuencias concretas que tienen los problemas económicos para las empresas.

3. La intromisión de la empresa en la vida privada de sus trabajadores.


Con la calidad de vida del trabajador es fácil empatizar, dado que todos hemos evidenciado o, al menos, podemos presumir lo mal que vive una persona con problemas económicos serios, y más cuando no tiene herramientas ni conocimientos para solucionarlos. Tampoco tiene a quién recurrir porque su círculo tiene las mismas falencias y por alguna razón se explica que haya llegado a esa situación. Esa baja calidad de vida repercutirá, entre muchas cosas, en el buen dormir, ya que distintos estudios los vinculan estrechamente y lo anterior, tendrá relación también con la tasa de ausentismo, presentismo y baja calidad del trabajo; es decir, con consecuencias concretas en los resultados de la compañía.


Para un mejor análisis, es importante traducir esta problemática en cifras y así evidenciar claramente el perjuicio que produce para las empresas. Este esfuerzo lo realizó la consultora Inglesa Salary Finance, quienes concluyeron que los trabajadores que tienen problemas económicos se ausentan en promedio, 1 día al año por motivos económicos; pierden 16 días por presentismo y 12 días por baja calidad de las tareas. Por lo tanto, se traduce que un trabajador pierde 29 días en un año cuando tiene problemas económicos, o si se quiere, trabaja poco más de 10 meses (dado que hay que descontarle sus vacaciones legales).


Este estudio estima que un 36% de la dotación tendrá problemas económicos, porcentaje en Chile muy superior, pero nos entrega luces sobre las pérdidas que conlleva. Por tanto, considerando el mismo porcentaje del estudio, la pérdida mensual oscilará entre un 9 y 13% de la nómina; para una empresa de 1.000 trabajadores con una media de ingresos de $700 mil mensuales, la pérdida cada mes estará entre $63 y $91 millones, pudiendo superar, en consecuencia, los $1.000 millones en pérdidas por año. Sabemos que dicha cifra podrá variar según las circunstancias de cada empresa, pero con toda seguridad, el costo de desatenderla será muy superior a la inversión de hacerse cargo.




Es por ello que preocuparse de ciertos ámbitos de la vida privada de los trabajadores tiene sentido; y hoy por hoy, atender el plano financiero de ellos es más necesario que nunca. Con esto no estamos planteando una relación paternalista ni una intromisión en sus asuntos, sino, entregarles herramientas para que ellos aprendan a tomar mejores decisiones financieras para sus economias personales y familiares. Creemos que este tipo de programas deben ser motivados para que su interés sea legítimo, bajo una adscripción de tipo voluntaria.


Estamos seguro que una buena calidad del mismo, sumado a resultados de los participantes hará que el interés crezca entre los demás trabajadores, convirtiéndose en un círculo virtuoso, ya que quienes vayan aprobando se convertirán en agentes de cambio interno - promoviendo conductas positivas entre sus compañeros.


Otro efecto adyacente a programas serios de bienestar financiero, es que las herramientas que adquieran los trabajadores colaborarán para que ellos puedan entender algunas decisiones que toma la empresa; las mismas que muchas veces son criticadas o analizadas desde una arista particular, teñidas con cada realidad y grados importantes de desinformación. El efecto positivo de aquello, es contar con empleados que si puedan entender las decisiones que hace la empresa, lo que les generará un sentido de pertenencia y genuina colaboración; más parecida a la visión de un accionista, todo lo que repercutirá en múltiples beneficios para todos.


Por tanto, abordar de manera positiva los problemas económicos que tienen los trabajadores pueden conllevar a múltiples beneficios para la sociedad, la empresa, sus trabajadores y sus cercanos, siendo claramente un ganar-ganar, dado que acá solo existirán ganadores.

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