Creando una cultura de Bienestar
- armando bienestar
- 5 jul 2014
- 3 Min. de lectura

En la medida que Europa mejora económicamente y por ende su estabilidad laboral, el poder se traslada desde el empleador al empleado; efectivamente, desde el comienzo de la recesión económica de finales del año 2008, los empleados se focalizaron en mantener su trabajo, con una movilidad laboral extremadamente debilitada. Ahora, que la economía y la confianza general se está fortaleciendo, se crean nuevos empleos y los empleados comienzan a mirar nuevas alternativas en un mercado laboral más activo.
Si la retención de empleados se fundamenta solo en un salario más alto, entonces es muy fácil para ellos y para las empresas tentar al talento por la vía de ofrecer un salario mayor; por el contrario, la batalla por retener al talento comienza a crecer, en un escenario en que los empleados buscan algo más que un salario justo.
Entonces: ¿que están haciendo los empleadores por construir un mayor compromiso desde sus empleados?
Lo que realmente crea lealtad es un ambiente laboral de cuidado y apoyo – donde los empleados se sientan escuchados y valorizados; esto genera una real diferenciación, tal como lo demuestra una encuesta realizada por ICM UK para UNUM a comienzos de este año, en que 1/3 de los encuestados manifestó que podría dejar su actual trabajo debido a un pobre entorno de bienestar.
Aún cuando un salario competitivo es importante para el empleado, contar con una buena relación con su gerente y sentirse empoderado puede ser aún más relevante; 2/3 de los encuestados dijo que para ellos era muy importante contar con un buen paquete de beneficios y soporte financiero en caso de requerirlo.
Reino Unido comenzó el proceso de enrolamiento obligatorio para pensiones de empleados por parte de las empresas durante el año 2013 - y hacia el año 2018 toda organización deberá por ley contar con un plan de pensiones; por esta razón, los beneficios de planes de jubilación y bonos han perdido prioridad para ellos; esto se traduce, en que las empresas tendrán que desarrollar que paquetes de beneficios más creativos, de manera de establecer una real diferenciación con sus competidores.
La fuerza de trabajo ha cambiado notoriamente durante la última década, con una mayor proporción de mujeres y trabajadores más viejos, así como empleados con capacidades diferentes y mayor presencia de enfermedades catastróficas; los empleados esperan cada vez mayores niveles de soporte para cubrir estas necesidades, así como procurar un mejor balance personal y laboral.
Acorde con la encuesta de ICM, las mujeres se encuentran menos satisfechas con las políticas de bienestar de sus empleadores (42% vs 30% hombres); esto podría obedecer a mayores expectativas desde este segmento, así como la necesidad de contar con políticas más flexibles para cumplir con múltiples compromisos más allá del ámbito laboral: cuidado de sus hijos, y protección financiera, entre otras prioridades.
Atraer y mantener al mejor talento debiera ser la prioridad de todo negocio y crear la correcta cultura organizacional es un eje clave para esto; muchos ingredientes forman parte de esta cultura como contar con buenos líderes, una aproximación de bienestar holística y un comprensivo paquete de beneficios para empleados.
Una vez que estas piezas se encuentra instaladas en la organización, contar con un robusto proceso de comunicación es clave; si los trabajadores no están al tanto de todos los beneficios de su empresa no los apreciarán ni usarán, lo que se traducirá en fallas reiterativas por parte de los empleadores por intentar aumentar la lealtad de su equipo.
Así, la inversión en programas de bienestar para sus trabajadores – que debiese resultar en mayores niveles de compromiso por parte de estos, terminará en el tarro de la basura.
Fuente: Construyendo una cultura de bienestar, Andrew Potterton / Workplace Health, EmpLoyee Benefits magazine,UK
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