Nos encontramos en el ojo de la tormenta.
Antes del COVID-19, los empleadores vanguardistas de todo el mundo ya habían comenzado a invertir más en su gente, abarcando diferentes dimensiones de bienestar y haciendo de la "experiencia del empleado" la última palabra de moda.
Si quieres sobrevivir en una tormenta perfecta como empresa, necesitas tener una fuerza laboral llena de vitalidad, que sea lo suficientemente flexible para manejar todas las fuerzas del mundo que nos rodea.
Los líderes astutos se preparan para la incertidumbre; analizan sus inversiones y trazan su rumbo; tienen un plan B, C y D.
Cuando se trata de finanzas, las empresas conocen bien las estrategias y tácticas para desarrollar la resiliencia. La industria ha desarrollado seguros, garantías, gestión de responsabilidad y protección, todas herramientas que ayudan a las empresas a superar las tormentas. Los líderes saben que la coordinación de estas estrategias, tácticas y herramientas, brindarán resiliencia.
Sin embargo, cuando se trata de la resiliencia de la fuerza laboral - el activo más grande de una empresa - los empleadores con demasiada frecuencia han proporcionado herramientas, sin contar con una adecuada estrategia; o intervenciones que adoptan un enfoque unidimensional para el cuidado de las personas.
Mientras los lugares de trabajo se enfrentan a los desafíos inmediatos de dar respuesta a los efectos de la pandemia, se están realineando nuestras prioridades individuales y colectivas; y se están eliminando las barreras que antes impedían el progreso.
Fuente: Bas Van der Tuyn, Health Leader, Aon Netherlands.
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